¿Sabes qué es la «onicofagia»? ¿Sabes el peligro que supone para tus dientes? Dental Implantes, clínica dental con sede en Móstoles (Madrid) y Gálvez y Layos en Toledo, te trae este interesante artículo, ¡no dejes de leerlo!.

La onicofagia es un hábito compulsivo que se manifiesta en que la persona que lo sufre se come las uñas. Esta manía se considera un trastorno del control de los impulsos frecuente entre niños y adolescentes, que tiende a desaparecer en la edad adulta si se trabaja sobre ello para corregirlo.

Más allá del problema estético por la alteración que provoca en la anatomía de la uña, la onicofagia puede derivar en otros problemas de muy diversa índole. Para empezar piense solo en todos los gérmenes que se han ido acumulando bajo las uñas e irán a parar a su boca dando lugar a posibles infecciones, en la halitosis por la multiplicación de bacterias, e incluso en los posibles problemas intestinales. Además se pueden originar molestas heridas alrededor de las uñas que también pueden llegar a infectarse.

En casos más extremos, con el hábito constante y prolongado en el tiempo, la onicofagia puede producir daños en otras partes del organismo como la boca, y es que otra consecuencia derivada de morderse las uñas es el desgaste de los dientes, principalmente de los incisivos superiores e inferiores, por micro desprendimientos de partículas de esmalte que hacen que las piezas se vayan acortando.

Un estudio realizado en 2015 entre doscientos cuarenta adolescentes concluyó que existe una relación directa entre los hábitos orales nocivos y los trastornos de la articulación temporomandibular, siendo la mordida de uñas con un 45,8% una de las principales consecuencias de las alteraciones de la mandíbula.

Otros problemas serían el apiñamiento originado por la presión que se ejerce sobre los dientes con el acto de morderse las uñas de forma continua, o el desprendimiento de los empastes si existen reconstrucciones, el que las piezas en general se vayan debilitando, o que se claven pequeños trozos de uña entre la encía y el diente que, en casos más graves, puedan derivar en una inflamación y sangrado de las encías.

Bien sea por estrés, ansiedad o por cualquier otro trastorno nervioso, queda claro que esta compulsión nociva tiene peligrosas consecuencias, que a veces puede necesitar de ayuda profesional para corregirla, partiendo de la base de que es esencial estar dispuestos a abandonar este hábito para tener éxito y poder ahondar en los momentos o situaciones en los que se produce el mordisqueo.

Con la ayuda de un psicólogo se pueden crear pautas de comportamiento que favorezcan el control, siendo también muy recomendable realizar un tratamiento conjunto con un odontólogo para obtener los mejores resultados durante el tratamiento en caso de que el principal problema que nos aqueja, como consecuencia de mordernos las uñas, sea que nuestra salud bucodental se haya visto afectada.