¿Has terminado con tu proceso de ortodoncia y no sabes qué hacer después?. Hoy, desde Dental Implantes, clínica dental con sede en Móstoles (Madrid) y Gálvez y Layos en Toledo, te trae este interesante artículo, ¡no dejes de leerlo!.
Una vez que el ortodoncista considere que todos los objetivos del tratamiento de ortodoncia se han conseguido: los dientes están alineados, no hay espacios entre ellos, la mordida ha sido corregida y, en general, la estética es correcta, quitará los aparatos para pasar a la fase de retención.
Esta fase tiene como objetivo minimizar los movimientos dentales no deseados y mantener las correcciones obtenidas durante el tratamiento de la ortodoncia, siendo esto tan importante como el tratamiento en sí mismo.
Durante este proceso el ortodoncista va a centrarse en estabilizar los resultados mediante los aparatos de retención que podrán ser fijos o removibles.
El retenedor fijo consiste en un alambre muy fino que se coloca en la parte interna de los dientes para evitar que se muevan con el tiempo. Habitualmente se coloca en los incisivos delanteros y apenas es perceptible, es por ello que una de sus ventajas es que proporcionan una retención permanente, olvidándonos de ponérnoslo ya que permanece en nuestros dientes. Los retenedores fijos se mantendrán en la boca tanto tiempo como sea necesario, siendo imprescindible llevar, en especial en esta fase, una higiene bucodental más precisa.
En cuanto a los retenedores removibles existen dos tipos:
- Retenedor Hawley: Es el más utilizado en ortodoncia. Lleva ganchos para los molares y un arco exterior característico con bucles de ajuste que se extiende de un canino al otro. Este tipo de retenedor removible se caracteriza porque cubre todo el paladar por lo que proporciona una retención total que previene la sobremordida y el movimiento dental tras el tratamiento.
- Férula o retenedor Essix: Este aparato está formado por una estructura de plástico transparente que se adapta a la posición de los dientes para evitar pequeños movimientos. Se adapta sin ningún tipo de molestia, únicamente se nota algo de presión. Después del periodo de ortodoncia lo habitual es usarlo veinticuatro horas al día durante tres meses, y cuando se completa este ciclo se usan solamente para dormir, aunque en muchos casos se puede recurrir al uso nocturno desde el primer día.
La principal ventaja de los retenedores removibles es que, al ser de quita y pon, podremos comer a gusto y lavarnos los dientes, como siempre, antes de volver a colocárnoslo de nuevo. Además, podremos limpiarlos con facilidad con un cepillo de dientes y un jabón neutro (no con dentífrico), o con productos específicos. Una o dos veces por semana es conveniente esterilizarlos con pastillas especificas para ello.
Es importante recordar que después de la retirada de los brackets, ya sea en el caso de los aparatos fijos o de los alineadores transparentes, hay que acudir a revisión para que el ortodoncista pueda valorar el asentamiento y el estado en el que se encuentran los retenedores, siempre teniendo en cuenta que las citas de revisión ortodóncica no sustituyen las visitas al dentista, pues asegurar el mantenimiento en el tiempo del resultado del tratamiento dependerá también de una buena higiene de la boca.
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