Cuando se habla de salud y tabaquismo es habitual pensar en el sistema respiratorio, olvidando que antes las sustancias nocivas del tabaco pasan por la boca. Lo cierto es que puede causar problemas  muy importantes, algunos incluso de gran gravedad.  Es necesario conocer cómo afecta el tabaquismo a la boca para comprender todos los daños que puedes estar sufriendo al fumar sin siquiera imaginarlo. Tu clínica dental en Móstoles Dental Implantes te lo cuenta para que lo tengas en cuenta y así puedas decidir cómo actuar para solucionarlos.

Cómo afecta el consumo habitual de tabaco a la boca

Manchas en dientes y encías

La tinción es uno de los daños más conocidos que fumar provoca en la boca. Estas manchas no solo aparecen en los dientes, también pueden hacerlo en las encías. En este caso se conoce como melanosis gingival.

Estéticamente es un problema importante, ya que avieja la sonrisa. Y la sensación que provoca  es de descuido, de poca atención a la propia salud e imagen.

Halitosis

El mal aliento es otro de los daños que fumar causa en la boca. En realidad, el daño directo es la sequedad de la boca y la irritación de las mucosas de la boca y las vías respiratorias. Esto impide la normal oxigenación de la boca y la acumulación de bacterias, lo que a su vez provoca el mal aliento.

Disminución del riego sanguíneo en las encías

El tabaco reduce el riego sanguíneo en las encías. ¿Y esto cómo afecta a tu boca? En primer lugar,  dificulta el normal estado de las encías, debilitándolas. Además, dificulta la respuesta ante infecciones, que pueden extenderse más fácil y rápidamente sin que síntomas como el sangrado nos indiquen que algo no va bien y se debe actuar sobre ello.

Periodontitis

Cuatro de cada diez personas con periodontitis crónica sufren este problema a causa del tabaco. ¿Pero en qué consiste? Es un problema que deriva de la disminución de la flora bacteriana y el aumento del sarro causados por el consumo de tabaco. Y sus consecuencias más graves son la pérdida del hueso y de piezas dentales.

Además, el tabaco impide su detección temprana. La razón es que las encías se ven más pálidas por el menor riego sanguíneo en ellas. Y así la enfermedad pasa desapercibida hasta que está avanzada.

Un problema añadido es que el tabaco afecta al sistema inmunológico de la boca. Y eso dificulta  la recuperación, haciendo más lento el éxito del tratamiento.

Fumar favorece la aparición de problemas bucodentales

Las caries es uno de ellos, debido al aumento del sarro. Esto puede provocar molestias, dolores, infecciones y pérdida de piezas dentales.

Fumar también favorece la infección de la Candidiasis oral al impedir que el normal riego sanguíneo en las encías ayude a ponerle freno.

Dificultad de cicatrización de heridas

Cualquier pequeña herida accidental en la boca al morder o cepillarte, por ejemplo, puede convertirse en un problema para el fumador. Y es el que el tabaquismo dificulta la cicatrización de estas heridas, favoreciendo que sea una vía de infecciones, además de un problema muy molesto o incluso doloroso.

Deterioro del sentido del gusto y del olfato

El hábito de fumar altera la percepción del gusto y el olfato. Esto puede afectar a la salud cardiovascular cuando para lograr satisfacer al paladar se  consume sal en exceso. Y al peso corporal cuando se abusa del azúcar por el mismo motivo.

Cáncer oral

Si de todo lo anterior ya queda claro que el tabaco es el gran enemigo de tu boca, lo es aún más al conocer el problema más grave que puede causar: el cáncer oral. El 80% de cánceres de boca están relacionados con el tabaquismo.